1 D ios de mi alabanza, ¡no te quedes callado!
Oh Dios de mi alabanza, no calles;
2 G ente malvada y mentirosa habla en contra mía, y con sus mentiras me calumnia.
porque boca de impío y boca de engañador se han abierto sobre mí; han hablado de mí con lengua mentirosa,
3 C on palabras llenas de odio me persiguen, y pelean contra mí sin tener motivo.
y con palabras de odio me rodearon; y pelearon contra mí sin causa.
4 Y o los trato con amor, y ellos me pagan con odio; ¡pero yo sigo orando por ellos!
En pago de mi amor me han sido adversarios; mas yo oraba.
5 L es hago un bien y me pagan con un mal; me tratan con odio, aunque yo los amo.
Y pusieron contra mí mal por bien, y odio por mi amor.
6 ¡ Que lo juzgue un juez injusto! ¡Que el maligno lo condene!
¶ Pon sobre él al impío; y Satanás esté a su diestra.
7 ¡ Que sea declarado culpable! ¡Que su oración revele su maldad!
Cuando fuere juzgado, salga impío; y su oración sea para pecado.
8 ¡ Que sus años de vida se reduzcan, y que otro se quede con su oficio!
Sean sus días pocos; tome otro su oficio.
9 ¡ Que se queden huérfanos sus hijos! ¡Que se quede viuda su mujer!
Sean sus hijos huérfanos, y su mujer viuda.
10 ¡ Que sus hijos se queden sin techo, y que mendiguen el pan lejos de sus ruinas!
Y anden sus hijos vagabundos, y mendiguen; y procuren de sus desiertos.
11 ¡ Que sus acreedores les quiten todos sus bienes! ¡Que gente extraña los despoje de sus posesiones!
Enrede el acreedor todo lo que tiene, y extraños saqueen su trabajo.
12 ¡ Que nadie tenga de él misericordia! ¡Que nadie compadezca a sus huérfanos!
No tenga quien le haga misericordia; ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.
13 ¡ Que no quede rastro de sus descendientes! ¡Que su nombre sea borrado de la generación siguiente!
Su posteridad sea talada; en segunda generación sea raído su nombre.
14 S eñor, ¡no olvides la maldad de su padre! ¡Ten presente el pecado de su madre!
Venga en memoria cerca del SEÑOR la iniquidad de sus padres, y el pecado de su madre no sea borrado.
15 S eñor, ¡no pases por alto su maldad, y borra de la tierra su memoria!
Estén siempre delante del SEÑOR, y él corte de la tierra su memoria.
16 P orque éste se olvidó de la misericordia, y persiguió hasta darle muerte al miserable que sufre y tiene roto el corazón.
Por cuanto no se acordó de hacer misericordia, y persiguió al varón pobre en espíritu, y menesteroso, y quebrantado de corazón, para matarlo.
17 Y a que amó la maldición, ¡que sea maldito! Despreció la bendición, ¡que nunca sea bendecido!
Y amó la maldición, y ésta le sobrevino; y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.
18 L a maldad lo envolvió como un manto; como agua, penetró en todo su ser; como aceite, le caló hasta los huesos.
Y se vistió de maldición como de su vestido, y entró como agua en sus entrañas, y como aceite en sus huesos.
19 ¡ Pues que lo envuelva la maldad como un manto, y que lo oprima para siempre como un cinto!
Séale como vestido con que se cubra, y en lugar del cinto con que se ciña siempre.
20 ¡ Así les pague el Señor a los que me acusan, a los que me calumnian y buscan mi mal!
Este sea el pago de parte del SEÑOR de los que me calumnian, y de los que hablan mal contra mi alma.
21 P ero tú, mi Señor y Dios, ¡trátame bien por causa de tu nombre! Por tu bondad y misericordia, ¡sálvame!
¶ Y tú, oh DIOS el Señor, haz conmigo por amor de tu Nombre: Líbrame, porque tu misericordia es buena.
22 T e necesito, pues estoy muy afligido; mi corazón tiene profundas heridas.
Porque yo soy pobre y necesitado; y mi corazón está herido dentro de mí.
23 S iento que me muero, como muere el día; soy sacudido como una langosta.
Como la sombra cuando declina me voy; soy arrebatado del viento como langosta.
24 L as rodillas se me doblan por causa del ayuno, estoy tan débil que mi cuerpo desfallece.
Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno, y mi carne desfallecida por falta de gordura.
25 S oy para la gente objeto de burla; los que me ven, mueven burlones la cabeza.
Yo he sido para ellos objeto de oprobio; me miraban, y meneaban su cabeza.
26 S eñor y Dios mío, ¡ayúdame!; por tu gran misericordia, ¡sálvame!
Ayúdame, SEÑOR Dios mío; sálvame conforme a tu misericordia.
27 A sí sabrán que esto viene de tu mano, y que eres tú, Señor, quien me ha salvado.
Y entiendan que ésta es tu mano; que tú, el SEÑOR, has hecho esto.
28 N o importa que me maldigan, ¡bendíceme tú! Podrán atacarme, pero quedarán avergonzados, mientras que este siervo tuyo se regocijará.
Maldigan ellos, y bendice tú; levántense, mas sean avergonzados; y tu siervo sea alegrado.
29 C ubre de vergüenza a los que me critican; ¡que la confusión los envuelva como un manto!
Sean vestidos de vergüenza los que me calumnian; y sean cubiertos de su confusión como con un manto.
30 Y o te alabaré, Señor, con mucho gozo; ¡te cantaré en medio de una gran multitud!
Yo alabaré al SEÑOR en gran manera con mi boca, y le loaré en medio de muchos.
31 P orque defiendes al que nada tiene, y lo libras de quienes lo condenan a muerte.
Porque él se pondrá a la diestra del pobre en espíritu, para librar su alma de los que le juzgan.