1 J ob tomó la palabra y dijo:
2 « ¡No hay duda! ¡Ustedes son la voz del pueblo! ¡Cuando ustedes mueran, morirá la sabiduría!
3 P ero yo también tengo un poco de sesos, y no me siento inferior a ustedes. ¿Quién no sabe todo lo que han dicho?
4 » Yo invocaba a Dios, y él me respondía; ¡pero ahora hasta mis amigos se burlan de mí! ¡Por ser honesto soy objeto de burlas!
5 “ El que está por caer, ¡que se caiga!” Eso piensan quienes se sienten seguros.
6 E n esta vida los ladrones prosperan, Y se sienten seguros los que ofenden a Dios. ¡Creen que Dios mismo les ha dado todo!
7 » Observa a los animales, y aprende de ellos; Mira a las aves en los cielos, y oye lo que te dicen.
8 H abla con la tierra, para que te enseñe; hasta los peces te lo han de contar.
9 ¿ Habrá entre éstos alguien que no sepa que todo esto lo hizo la mano del Señor?
10 L a vida de todo ser está en sus manos; ¡él infunde vida a toda la humanidad!
11 » El oído distingue las palabras, el paladar reconoce los sabores,
12 l os ancianos poseen sabiduría, y una larga vida acumula entendimiento;
13 p ero la sabiduría y el poder son de Dios, y suya también la decisión inteligente.
14 L o que Dios destruye, nadie lo reconstruye; a quien él encierra, nadie puede liberarlo;
15 s i él detiene las aguas, viene la sequía; si envía lluvias torrenciales, la tierra se inunda.
16 S uyos son la sabiduría y el poder; suyos son los que yerran y los que hacen errar.
17 É l despoja de buen juicio a los consejeros, y entorpece el criterio de los jueces;
18 d eshace las cadenas de los tiranos, y los manda en cadena al cautiverio;
19 d espoja de su poder a los sacerdotes, y derriba del trono a los poderosos;
20 a rrebata la palabra a los consejeros, y deja a los ancianos sin inteligencia;
21 c ubre de ignominia a los príncipes, y expone a la vergüenza a los poderosos;
22 s aca a la luz las fuerza ocultas, y pone al descubierto las más densas tinieblas.
23 P or él las naciones prosperan o son destruidas; es él quien las dispersa o las vuelve a reunir;
24 é l entorpece el juicio de los gobernantes, y los hace vagar sin rumbo por el desierto;
25 y éstos caminan a tientas, como ciegos sin guía, y van dando traspiés, como todo borracho.