1 S almo cantado en la dedicación de la Casa: GLORIFICARTE he, oh Jehová; porque me has ensalzado, Y no hiciste á mis enemigos alegrarse de mí.
Te alabo, Señor, porque me has salvado; porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí.
2 J ehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste;
3 O h Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; Dísteme vida, para que no descendiese á la sepultura.
tú, Señor, me devolviste la vida; ¡me libraste de caer en el sepulcro!
4 C antad á Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
Ustedes, pueblo fiel del Señor, ¡canten salmos y alaben su santo nombre!
5 P orque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría.
6 Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido;
En mi prosperidad llegué a pensar que nunca conocería la derrota.
7 P orque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
Y es que tú, Señor, con tu bondad, me mantenías firme como un baluarte. Pero me diste la espalda, y quedé aterrado.
8 A ti, oh Jehová, clamaré; Y al Señor suplicaré.
A ti, Señor, seguiré clamando, y jamás dejaré de suplicarte.
9 ¿ Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?
¿Qué ganas con que yo muera, con que baje yo al sepulcro? ¿Acaso el polvo podrá alabarte? ¿Acaso el polvo proclamará tu verdad?
10 O ye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
¡Escúchame, Señor, y tenme compasión! ¡Nunca dejes, Señor, de ayudarme!
11 H as tornado mi endecha en baile; Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría.
Tú cambias mis lágrimas en danza; me quitas la tristeza y me rodeas de alegría,
12 P or tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
para que cante salmos a tu gloria. Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado! ¡siempre te daré gracias!