1 D ios nuestro, tú nos has desechado; en tu enojo, nos has dejado sin defensas. ¡Vuélvete ahora a nosotros!
Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has airado: vuélvete á nosotros.
2 H iciste que temblara, y hendiste la tierra; ¡rellena sus fisuras, porque se desmorona!
Hiciste temblar la tierra, abrístela: Sana sus quiebras, porque titubea.
3 H as hecho que tu pueblo presencie el desastre; nos has hecho beber un vino que aturde.
Has hecho ver á tu pueblo duras cosas: Hicístenos beber el vino de agitación.
4 H as dado a tus fieles la señal de retirada para que se libren de las flechas enemigas.
Has dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.)
5 ¡ Sálvanos con tu diestra! ¡Respóndenos! ¡Así se salvará tu pueblo amado!
Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.
6 E n su santuario, Dios ha sentenciado: «Con gran alegría fraccionaré Siquén y dividiré en parcelas el valle de Sucot.
Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré; Partiré á Sichêm, y mediré el valle de Succoth.
7 G alaad y Manasés me pertenecen, Efraín es un yelmo en mi cabeza, y Judá es un cetro en mi mano.
Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;
8 M oab es la vasija en que me lavo, sobre Edom arrojaré mis sandalias, y sobre Filistea proclamaré mi victoria.»
Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.
9 ¿ Y quién me dará entrada en Edom? ¿Quién me hará entrar en esa ciudad amurallada?
¿Quién me llevará á la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?
10 ¿ No eres tú, mi Dios, quien nos ha desechado? ¿No eres tú quien ya no sale con nuestros ejércitos?
Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.
11 B ríndanos tu apoyo contra el enemigo, pues vana resulta la ayuda de los hombres.
Danos socorro contra el enemigo, Que vana es la salud de los hombres.
12 P or ti, Dios nuestro, haremos proezas; ¡tú harás morder el polvo a nuestros enemigos!
En Dios haremos proezas; Y él hollará nuestros enemigos.