1 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
2 H ijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte Seir, y profetiza contra él,
«Hijo de hombre, dirige la mirada hacia el monte de Seir, y profetiza contra él.
3 y dile: “Así dice el Señor Dios: ‘He aquí, estoy contra ti, monte Seir, extenderé mi mano contra ti, y te convertiré en desolación y en soledad.
Dile que así ha dicho Dios el Señor: “Yo estoy contra ti, monte de Seir. Voy a extender mi mano contra ti, y te convertiré en desierto y soledad.
4 ‘ Dejaré en ruinas tus ciudades, y serás convertida en desolación; y sabrás que yo soy el Señor.
Asolaré tus ciudades, y quedarás desolado. Así sabrás que yo soy el Señor.
5 ‘ Por cuanto tuviste enemistad perpetua y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su calamidad, en el tiempo del castigo final,
”Tú has sido siempre el enemigo de los hijos de Israel; en los peores momentos, cuando ellos estaban más afligidos, tú los entregaste al poder de la espada.
6 p or tanto, vivo yo —declara el Señor Dios —, que a sangre te entregaré y la sangre te perseguirá; ya que no has odiado el derramamiento de sangre, la sangre te perseguirá.
Por eso, juro que la sangre será tu destino. Puesto que no aborreces la sangre, siempre la sangre te perseguirá. Palabra de Dios el Señor.
7 ‘ Haré del monte Seir desierto y desolación, y cortaré de él al que vaya y al que venga.
”Monte de Seir, yo voy a convertirte en desierto y soledad. Voy a destruir a todo el que pase junto a ti.
8 ‘ Y llenaré sus montes de sus muertos; en tus collados y en tus valles y en todas tus barrancas caerán los muertos a espada.
Voy a llenar tus montes con tus muertos. Los que mueran a filo de espada llenarán tus colinas, tus valles y todos tus arroyos.
9 ‘ Te haré desolación perpetua, y tus ciudades no serán habitadas; y sabréis que yo soy el Señor.
Voy a dejarte en ruinas para siempre. Jamás tus ciudades volverán a ser reconstruidas. Así sabrán que yo soy el Señor.
10 ‘ Por cuanto has dicho: “Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las poseeremos ”, aunque el Señor estaba allí.
”Y es que dijiste que tú tomarías posesión de las dos naciones, y que ambos países eran tuyos, aun cuando yo, el Señor, estaba allí.
11 ‘ Por tanto, vivo yo’ —declara el Señor Dios —, ‘haré contigo conforme a tu ira y conforme al celo que mostraste a causa de tu odio contra ellos, y me haré conocer entre ellos cuando te juzgue.
Por eso, juro que voy a actuar con el mismo enojo y furor con que tú trataste a mi pueblo, por tu enemistad con ellos. Y cuando yo te juzgue, ellos me reconocerán. Palabra de Dios el Señor.
12 ‘ Entonces sabrás que yo, el Señor, he oído todas las injurias que has hablado contra los montes de Israel, diciendo: “Están desolados; nos han sido dados para alimento.”
”Entonces sabrás que a mis oídos llegaron todas las injurias que proferiste contra los montes de Israel. Porque tú dijiste que ya habían sido destruidos, y que se te habían entregado para que te los devoraras.
13 ‘ Con arrogancia habéis hablado contra mí y habéis multiplicado vuestras palabras contra mí; yo lo he oído.’
Cuando me ofendiste, no te alcanzaba la boca ni te faltaban las palabras. Yo te oí muy bien.”
14 “ Así dice el Señor Dios: ‘Para alegría de toda la tierra, yo haré de ti una desolación.
»Por eso, así ha dicho Dios el Señor: “Para regocijo de toda la tierra, voy a dejarte en ruinas.
15 ‘ Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel porque fue asolada, así te haré yo a ti. Serás una desolación, monte Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy el Señor.’”
Así como te alegraste cuando el territorio de Israel quedó devastado, así me alegraré también de ti, monte de Seir. Tú y todo Edom van a quedar asolados. Así sabrán que yo soy el Señor.”