1 “ Mas ahora escucha, Jacob, siervo Mío, Israel, a quien Yo he escogido.
Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.
2 A sí dice el Señor que te creó, Que te formó desde el seno materno, y que te ayudará: ‘No temas, Jacob, siervo Mío, Ni tú, Jesurún (Israel), a quien he escogido.
Así dice el SEÑOR, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre: Te ayudaré. No temas, siervo mío Jacob, el Recto a quien yo escogí.
3 P orque derramaré agua sobre la tierra sedienta, Y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré Mi Espíritu sobre tu posteridad, Y Mi bendición sobre tus descendientes.
Porque yo derramaré aguas sobre el sediento, y ríos sobre la tierra árida. Derramaré mi Espíritu sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
4 E llos brotarán entre la hierba Como sauces junto a corrientes de agua.’
y brotarán como entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.
5 E ste dirá: ‘Yo soy del Señor,’ Otro invocará el nombre de Jacob, Y otro escribirá en su mano: ‘Del Señor soy ’ Dirá, como un alto honor, el nombre de Israel.
Este dirá: Yo soy del SEÑOR; el otro se llamará del nombre de Jacob; el otro escribirá con su mano, al SEÑOR, otro se pondrá por sobrenombre, Israel.
6 A sí dice el Señor, el Rey de Israel, Y su Redentor, el Señor de los ejércitos: ‘Yo soy el primero y Yo soy el último, Y fuera de Mí no hay Dios.
Así dice el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
7 ¿ Y quién como Yo? Que lo proclame y lo declare. Sí, que en orden lo relate ante Mí, Desde que establecí la antigua nación. Que les anuncien las cosas venideras Y lo que va a acontecer.
¿Y quién llamará como yo, y denunciará antes esto, y lo ordenará por mí, desde que hice el pueblo del mundo? Anúncienles lo que viene de cerca, y lo que está por venir.
8 N o tiemblen ni teman; ¿No se lo he hecho oír y lo he anunciado desde hace tiempo ? Ustedes son Mis testigos. ¿Hay otro dios fuera de Mí, O hay otra Roca ? No conozco ninguna.’” Insensatez de la Idolatría
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde antiguo, y te dije antes lo que estaba por venir ? Luego vosotros sois mis testigos que no hay Dios sino yo; y que no hay Fuerte, que yo no conozca.
9 T odos los que dan forma a un ídolo son nada, y sus cosas más preciadas de nada sirven. Aun sus propios testigos no ven ni entienden, por eso serán avergonzados.
Los formadores de escultura, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y testigos de ellos, ellos mismos, que ni ven ni entienden; por tanto se avergonzarán.
10 ¿ Quién ha dado forma a un dios o fundido un ídolo para no tener ganancia ?
¿Quién formó a Dios? ¿Y quién fundió escultura, que para nada es de provecho?
11 C iertamente todos sus compañeros serán avergonzados, pues los artífices son sólo hombres. Que se reúnan todos, que se levanten, que tiemblen, que sean a una avergonzados.
He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados; porque los mismos artífices son de los hombres. Aunque todos ellos se junten, y estén, se asombrarán, y serán avergonzados a una.
12 E l herrero hace un instrumento cortante; lo trabaja sobre las brasas, lo forma con martillo y lo forja con su brazo fuerte. Después siente hambre y flaquean sus fuerzas; no bebe agua, y desfallece.
El herrero tomará la tenaza, obrará en las ascuas, le dará forma con los martillos, y obrará en ello el brazo de su fortaleza; aunque esté hambriento, y le falten las fuerzas, no beberá agua, aunque se desmaye.
13 E l carpintero extiende el cordel de medir, traza el diseño con tiza roja, lo labra con cinceles, lo traza con el compás y le da forma de hombre y belleza humana para colocarlo en una casa.
El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace a forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para que esté sentado en casa.
14 C orta cedros para sí, toma un ciprés o una encina, y hace que sea fuerte entre los árboles del bosque. Planta un pino y la lluvia lo hace crecer.
Se cortará cedros, y tomará encina y alcornoque, y se esforzará con los árboles del bosque; plantará pino, que se críe con la lluvia.
15 L uego sirve para que el hombre haga fuego, y toma uno y se calienta; también hace fuego para cocer pan. Además hace un dios y lo adora; hace de él una imagen tallada (un ídolo) y se postra delante de ella.
El hombre después se servirá de él para quemar, y tomará de ellos para calentarse; encenderá también el horno, y cocerá panes; hará también un dios, y lo adorará; fabricará un ídolo, y se arrodillará delante de él.
16 L a mitad del leño quema en el fuego; sobre esta mitad prepara un asado, come carne y se sacia. También se calienta, y dice: “¡Ah!, me he calentado, he visto la llama.”
Parte de él quemará en el fuego; con otra parte de él comerá carne, asará asado, y se saciará. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto;
17 Y del resto hace un dios, su ídolo. Se postra delante de él, lo adora, y le ruega, diciendo: “Líbrame, pues tú eres mi dios.”
las sobras de él torna en dios, en su escultura; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, que mi dios eres tú.
18 E llos no saben ni entienden, porque El ha cerrado sus ojos para que no vean y su corazón para que no comprendan.
No supieron, ni entendieron, porque untó sus ojos para que no vean; y su corazón, para que no entiendan.
19 N inguno reflexiona; no tienen conocimiento ni inteligencia para decir: “He quemado la mitad en el fuego, y también he cocido pan sobre sus brasas. He asado carne y la he comido; y del resto ¿haré una abominación ? ¿Me postraré ante un pedazo de madera?”
No torna en sí, no tiene sentido ni inteligencia para decir: Parte de ello quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan; asé carne, y comí: ¿lo que de él quedó he de tornar en abominación? ¿Delante de un tronco de árbol me tengo que humillar?
20 S e alimenta de cenizas; el corazón engañado le ha extraviado. A sí mismo no se puede librar, ni decir: “¿No es mentira lo que tengo en mi diestra?” Dios Perdona y Redime
La ceniza apacienta; su corazón engañado le inclina, para que no libre su alma, y diga, ¿No está la mentira a mi mano derecha?
21 “ Recuerda estas cosas, Jacob, Y tú Israel, porque eres Mi siervo. Yo te he formado, siervo Mío eres. Israel, no Me olvidaré de ti.
Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, que mi siervo eres: Yo te formé, mi siervo eres tú; Israel, no me olvides.
22 H e disipado como una densa nube tus transgresiones, Y como espesa niebla tus pecados. Vuélvete a Mí, porque Yo te he redimido.”
Yo deshice, como nube, tus rebeliones, y tus pecados, como niebla; tórnate a mí, porque yo te redimí.
23 G riten de júbilo, cielos, porque el Señor lo ha hecho. Griten de alegría, profundidades de la tierra. Prorrumpan, montes, en gritos de júbilo, Y el bosque, y todo árbol que en él hay, Porque el Señor ha redimido a Jacob Y ha mostrado Su gloria en Israel.
Cantad loores, oh cielos, porque el SEÑOR lo hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra. Prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque el SEÑOR redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.
24 A sí dice el Señor, tu Redentor, El que te formó desde el seno materno: “Yo, el Señor, creador de todo, Que extiendo los cielos Yo solo Y afirmo la tierra sin ayuda.
Así dice el SEÑOR, Redentor tuyo, y Formador tuyo desde el vientre: Yo soy el SEÑOR, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
25 H ago fallar los pronósticos de los impostores (falsos profetas), Hago necios a los adivinos, Hago retroceder a los sabios, Y convierto en necedad su sabiduría.
que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros, que hago tornar atrás los sabios, y desvanezco su sabiduría;
26 Y o soy el que confirmo la palabra de Su siervo, Y cumplo el propósito de Sus mensajeros; El que dice de Jerusalén: ‘Será habitada’; Y de las ciudades de Judá: ‘Serán reedificadas, Y sus ruinas levantaré.’
que despierta la palabra de su siervo, y que cumple el consejo de sus mensajeros; que digo a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Serán reedificadas, y sus ruinas levantaré;
27 Y o soy el que dice a la profundidad del mar: ‘Sécate’; Y Yo secaré tus ríos.
que digo a lo profundo: Sécate, y tus ríos haré secar;
28 E l que dice de Ciro: ‘ El es Mi pastor, Y él cumplirá todos Mis deseos,’ Y dice de Jerusalén: ‘Será reedificada,’ Y al templo: ‘Serán echados tus cimientos.’”
que llamo a Ciro, mi pastor; y todo lo que yo quiero, cumplirá, diciendo a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.