A ssyria can’t save us. We won’t ride on horses; neither will we say any more to the work of our hands, ‘Our gods!’ for in you the fatherless finds mercy.”
No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.
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