L a afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quién se compadeciera de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.
(69: 21) L'opprobre me brise le coeur, et je suis malade; J'attends de la pitié, mais en vain, Des consolateurs, et je n'en trouve aucun.
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