W hen Sanballat the Horonite, and Tobiah the servant, the Ammonite, heard of it, it grieved them exceedingly, because a man had come to seek the welfare of the children of Israel.
Y oyéndolo Sanbalat horonita, y Tobías, el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniera alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.
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