C on sus tiendas y sus ganados, subían como una inmensa nube de langostas. Ellos y sus camellos eran innumerables, y venían a la tierra para devastarla.
Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas, que no había número en ellos ni en sus camellos; así venían a la tierra destruyéndola.
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