Y los espíritus impuros, al verlo, se postraban delante de él y gritaban: —¡Tú eres el Hijo de Dios!
وَكانَتِ الأرواحُ النَّجِسَةُ تَرتَمِي أمامَهُ وَتَصْرُخُ: «أنتَ هُوَ ابْنُ اللهِ!»