I nclina, Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.
O my God, incline Your ear and hear; open Your eyes and look at our desolations and the city which is called by Your name; for we do not present our supplications before You for our own righteousness and justice, but for Your great mercy and loving-kindness.
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