S u inmundicia está en sus faldas. No pensó en su fin. Cayó de manera sorprendente sin tener quien la consolara. Mira, Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin; Por eso ha caído de modo tan sorprendente, y no tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
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