D espués sirvió para que comieran los hombres. Pero sucedió que al comer ellos de aquel guisado, empezaron a gritar: —¡Hombre de Dios, hay muerte en esa olla! Y no se lo pudieron comer.
Und da sie es ausschütteten für die Männer, zu essen, und sie von dem Gemüse aßen, schrieen sie und sprachen: O Mann Gottes, der Tod im Topf! denn sie konnten es nicht essen.
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