P erece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos son arrebatados, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es recogido el justo.
Perece el justo, y no hay quien eche de ver; y los misericordiosos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.
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