Y dijo el Rabsacés: ¿Acaso me envió mi señor a que dijese estas palabras sólo a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, condenados a comer su estiércol y beber su orina con vosotros?
Pero el Rabsaces dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con vosotros?
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