C uando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. Pablo predica en Roma
وَلَمّا وَصَلنا إلَى رُوما، سُمِحَ لِبُولُسَ بِأنْ يُقيمَ وَحدَهُ مَعَ جُندِيٍّ يَحرُسُهُ.
Continue reading Report error