P or el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;
Tan débiles estarán los padres que no cuidarán a sus hijos cuando oigan los cascos de los caballos y el estruendo de los carros de guerra,
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