E ntonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así:!! Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón!!! Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!
Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar tuyo, Absalón, hijo mío, hijo mío!
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