P ero el ángel del Señor respondió: «Aun cuando me quedara, no comeré nada de lo que me ofrezcas. Si quieres ofrecer un holocausto, ofrécelo al Señor.» Como Manoa no sabía que estaba ante el ángel del Señor,
Y el ángel del Señor respondió a Manoa: “Aunque me detengas, no comeré de tu alimento, pero si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor.” Y Manoa no sabía que era el ángel del Señor.
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