P orque desde el día en que yo herí a todos los primogénitos en Egipto, los santifiqué para mí. Todo primogénito de los hijos de Israel es mío, lo mismo de hombres que de animales.
Porque míos son todos los primogénitos de entre los hijos de Israel, tanto de hombres como de animales; el día en que herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.
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