» Si alguien, de manera repentina, muere junto a él, su consagración se habrá contaminado, por lo que al séptimo día, es decir, en el día de su purificación, se rapará la cabeza.
Y si alguno muriere muy de repente junto á el, contaminará la cabeza de su nazareato; por tanto el día de su purificacíon raerá su cabeza; al séptimo día la raerá.
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