A todo esto dirigí mi atención, para concluir lo siguiente: Que la gente sabia y honrada está en las manos de Dios, lo mismo que sus obras, pero que nosotros los mortales nada sabemos del amor ni del odio, aun cuando los tengamos delante de nosotros.
For all this I considered in my heart even to declare all this, that the righteous, and the wise, and their works, are in the hand of God: no man knoweth either love or hatred by all that is before them.
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