A cada una de las doncellas le tocaba su turno para presentarse ante el rey Asuero. Esto era después de haberse sometido a un embellecimiento de doce meses, según era la costumbre para ellas: seis meses eran tratadas con aceite de mirra, y otros seis meses con perfumes y cosméticos femeninos.
Cuando le tocaba a cada joven venir al rey Asuero, al cumplirse sus doce meses, según las ordenanzas para las mujeres, pues los días de su embellecimiento se cumplían así: seis meses con óleo de mirra y seis meses con especias y cosméticos para las mujeres,
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