Y así, la mujer partió y se fue al monte Carmelo, donde estaba el varón de Dios. Y cuando éste la vio a la distancia, le dijo a su criado Guejazí: «Aquí viene la sunamita.
So she went, and came to the man of God to Mount Carmel. When the man of God saw her afar off, he said to Gehazi his servant, “Behold, there is the Shunammite.
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