P ara que Joacaz no reinara en Jerusalén, el faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la provincia de Jamat, y al país le impuso un tributo de tres mil trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro.
Y lo puso preso Faraón Necao en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata, y uno de oro.
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