Y fué el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil y setecientos siclos de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al cuello.
E foi o peso das arrecadas de ouro que ele pediu, mil e setecentos siclos de ouro, afora os crescentes, as cadeias e as vestes de púrpura que os reis de Midiã trajavam, afora as correntes que os camelos traziam ao pescoço.
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