Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los que se habían á él adherido, con todo el resto del pueblo que había quedado, trasportólos á Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia.
Nebuzaradã, o comandante da guarda imperial, deportou para a Babilônia o povo que restou na cidade, junto com aqueles que tinham se rendido a ele, e o restante dos artesãos.
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