P ERECE el justo, y no hay quien pare mientes; y los píos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.
»Mueren los hombres justos, pero eso a nadie le importa. Muere la gente piadosa, sin que nadie entienda que su muerte es resultado de la maldad.
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