M as como Esther vino á la presencia del rey, él intimó por carta: El perverso designio que aquél trazó contra los Judíos, recaiga sobre su cabeza; y cuélguenlo á él y á sus hijos en la horca.
Mas cuando Ester vino a la presencia del rey, él ordenó por carta que el perverso designio que aquél había tramado contra los judíos recayera sobre su cabeza; y que colgaran a él y a sus hijos en la horca.
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