A simismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que oigas y perdones.
Y escucha las súplicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha tú desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha y perdona.
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