A ssim ela partiu para encontrar-se com o homem de Deus no monte Carmelo. Quando ele a viu à distância, disse a seu servo Geazi: “Olhe! É a sunamita!
Y así, la mujer partió y se fue al monte Carmelo, donde estaba el varón de Dios. Y cuando éste la vio a la distancia, le dijo a su criado Guejazí: «Aquí viene la sunamita.
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