T orna, torna, o Sulamita, torna, torna, che ti ammiriamo. Perché ammirate la Sulamita come una danza a due schiere?
“¡Regresa, regresa, oh Sulamita; Regresa, regresa, para que te contemplemos!” EL ESPOSO: “¿Por qué han de contemplar a la Sulamita, Como en la danza de los dos coros?
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