Q uelli presero il loro toro e lo prepararono; poi invocarono il nome di Baal dalla mattina fino a mezzogiorno, dicendo: «Baal, rispondici!», ma non si udì né voce né risposta; e saltavano intorno all’altare che avevano fatto.
Los profetas tomaron el toro que se les dio y lo prepararon, y luego invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía. Decían: «¡Baal, respóndenos!» Pero aunque saltaban alrededor del altar, el silencio era total.
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