T hen Hanamel, the son of my father’s brother, came to me in the open space of the prison, as the Word of the Lord had said. And he said to me, ‘Buy my field at Anathoth in the land of Benjamin. For you have the right to own it. Because of your place in the family you have the right, so buy it for yourself.’ Then I knew that this was the Word of the Lord.
En efecto, y conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel fue a verme al patio de la cárcel, y me dijo: «Cómprame el terreno que tengo en Anatot, en tierra de Benjamín, pues tú tienes derecho de compra sobre él, así que a ti te corresponde rescatarlo. Cómpralo para ti.» Con esto reconocí que ésta era palabra del Señor,
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