G od sent an angel to destroy Jerusalem. But as he was about to destroy it, the Lord saw the trouble and was sorry. He said to the destroying angel, “It is enough. Now take your hand away.” The angel of the Lord was standing by the grain-floor of Ornan the Jebusite.
Envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando ya estaba destruyéndola, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: «¡Basta ya! ¡Detén tu mano!» El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
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