T hen Abraham fell on his face and laughed, and said in his heart, “Shall a child be born to a man who is one hundred years old? And shall Sarah, who is ninety years old, bear a child? ”
Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?
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