E ntonces los magos (sacerdotes adivinos) dijeron a Faraón: “Este es el dedo de Dios.” Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho. Cuarta Plaga: Los insectos
Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. La plaga de las moscas
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