D as ist die fröhliche Stadt, die so sicher wohnte und sprach in ihrem Herzen: Ich bin's, und keine mehr. Wie ist sie so wüst geworden, daß die Tiere darin wohnen! Und wer vorübergeht, pfeift sie an und klatscht mit der Hand über sie.
¡Así quedará la ciudad alegre, que tan confiada vivía! ¡Así quedará la ciudad que en su corazón decía: «¡Yo soy única! ¡No hay nadie como yo!» Y, sin embargo, quedará asolada; ¡quedará convertida en una guarida de fieras! Todos los que pasen cerca de ella, se burlarán y le harán señas con la mano.
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