L e sacrificateur prendra avec son doigt du sang de la victime, il en mettra sur les cornes de l'autel des holocaustes, et il répandra tout le sang au pied de l'autel.
Después el sacerdote tomará con su dedo un poco de la sangre de la expiación, y la untará sobre los cuernos del altar del holocausto, y luego derramará el resto de la sangre al pie del altar.
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