P orque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.
Porque tales personas son esclavas, no de nuestro Señor Jesucristo, sino de sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
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