Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos hacia el oriente, serán santos al Señor. La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.
And the whole valley of the dead bodies and of the ashes, and all the fields as far as the brook Kidron, to the corner of the Horse Gate toward the east, shall be holy to the Lord; it will not be plucked up or overthrown anymore forever.”
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