E l artífice anima al fundidor, y el que alisa a martillo al que bate el yunque, diciendo de la soldadura: Está bien. Entonces asegura su obra con clavos, para que no se mueva.
El carpintero anima al platero y el que alisa con martillo al que bate en el yunque, diciéndole: «¡Bien está la soldadura!» Y luego lo afirman con clavos para que no se mueva.
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