T u cuello, como torre de marfil, tus ojos, como los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; tu nariz, como la torre del Líbano que mira hacia Damasco.
y tu cuello, una torre de marfil. Me hacen pensar tus ojos en los manantiales de Jesbón que fluyen a la entrada de Bat Rabín. Tu nariz se asemeja a la torre del Líbano, orientada hacia Damasco.
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