E ntonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
وَقالَ أحَدُهُمْ لِلآخَرِ: «لا شَكَّ فِي أنَّ اللهَ يُعاقِبُنا بِسَبَبِ ما فَعَلْناهُ بِأخِينا. فَقَدْ رَأينا ضِيقَتَهُ عِندَما تَوَسَّلَ إلَينا أنْ نَرحَمَهُ. لَكِنَّنا لَمْ نُصْغِ إلَيهِ. لِهَذا جاءَتْ عَلَينا هَذِهِ الضِّيقَةُ.»
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