Y puso estos querubines en la casa de adentro; los querubines extendían sus alas, de modo que el ala del uno tocaba a la pared, y el ala del otro querubín tocaba a la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en la mitad de la Casa.
Estos querubines fueron puestos dentro del templo, en el Lugar santísimo, con las alas extendidas; el ala de cada uno tocaba la pared opuesta, y una y otra se tocaban por las puntas y se unían en el centro del templo.
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