و َأتَيتُ إلَى المَسبِيِّينَ السّاكِنِينَ فِي تَلِّ أبِيبَ قُربَ نَهرِ خابُورَ. وَبَقِيتُ صامِتاً بَينَهُمْ لِسَبعَةِ أيّامٍ.
Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos. El atalaya de Israel (Ez. 33. 1-9)
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