أ مّا الأشرارُ فَكالبَحرِ الهائِجِ الَّذِي لا يَهْدَأُ، فَمِياهُهُ تُحَرِّكُ الطِّينَ فِيهِ.
Mas los impíos, son como el mar en tempestad, que no puede reposar; y sus aguas arrojan cieno y lodo.