ا لرَّجُلُ العادِلُ يَهتَمُّ بِقَضِيَّةِ الفَقِيرِ، أمّا الشِّرِّيرُ فَلا يَهتَمُّ.
El justo hace suya la causa de los pobres; de esto, el impío no entiende nada.