أ نا في الثمانينَ مِنْ عُمْرِي! فَهَلُ أُمِيِّزُ حُلْوَ الأيّامِ عَنِ مُرِّها! هَلْ اُمّيِّزُ – أنا خادِمَكَ – طَعْمَ ما آكُلُ وَما أشْرَبُ؟ فَما لِي وَالاسْتِماعِ لِلمُغَنِّينَ وَالمُغَنِّياتِ؟ لِماذا يَكُونُ خَادِمُكَ عِبْئاً جَديداً عَلَيكَ ياَ مَولايَ المَلِكَ؟
¡Ya tengo ochenta años de edad! ¿Puedo distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Gustará ahora tu siervo de lo que coma o beba? ¿Oirá aún la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Por qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor, el rey?
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